Malala recuerda como era su vida
antes de huir de su casa: su amistad con Safina, su vecina; su cuarto con sus
cosas mas preciadas; los ruidos de los niños jugando al cricket; el olor de su
madre cocinando; a sus hermanos mirando televisión; las charlas con su padre
sobre el colegio. Relata su último día de clases, el cual pensaba que solo era
un día más. Lo que le preocupaba en ese momento era salir entre las primeras (o
ser la primera) en su examen de historia y cultura Pakistaní.
Para
regresar a su casa debía viajar en una furgoneta blanca, que era el autobús del
colegio.Al
subirse, el conductor les tenía preparado(a ellas y las demás niñas)
un truco de magia como siempre. Y, como era habitual, nunca podían descubrir su
secreto.
La
furgoneta era blanca y precaria, constaba de tres bancos donde debían sentarse
veinte alumnas y dos profesoras. Carecía de ventanas y hacía un calor
sofocante.
Al pasar
una fábrica de dulces, cerca de la casa de Malala, el autobús se detuvo. Una
gran calma reinaba a su alrededor. Esto llama la atención de Malala.
Dos
hombres vestidos de blancos subieron al autobús y preguntaron al chofer si ese
era el transporte del colegio Khushal. A lo que el conductor respondió
afirmativamente.
Uno
de los jóvenes se dirigió hacia la parte trasera donde se encontraban las niñas
y preguntó quien era Malala. Ante esta pregunta todas quedaron en silencio, pero la miraron. El joven, levantó su brazo y apuntó hacia ella. Aquí comienza
el relato de su historia
Malala nunca se identificó con el estereotipo de mujer que tenía su religión, es por esto que se rehusaba a cumplir ciertas normas de su cultura: cubrirse su rostro con un velo, ser sumisa, depender de los hombres de familia, entre otras cosas. Quería cambiar su realidad y llegar a ser alguien grande en la historia.
Siempre tuvo el apoyo de su padre Ziauddin, el cual decía frases como: "Malala será libre como un pájaro" refiriéndose a que podía hacer todo lo que ella quisiera (si se negaba a usar un velo) que él iba a protegerla siempre.
El padre de Malala, era un hombre diferente a los de su cultura. El no creía que las mujeres fueran inferiores, sino iguales. Esto se ve reflejado en su reacción con el nacimiento de Malala.
Cuando nace un hijo varón en una familia, los padres realizan una fiesta, vienen todos sus familiares a visitarlos, reciben regalos y agregan su nombre al árbol familiar. En cambio, cuando nace una niña, nadie celebra su nacimiento.
Ziauddin no hizo caso a estas costumbres y, al nacer su hija, la agregó a su árbol genealógico (fue el primer nombre femenino en 300 años)
Era director en una escuela pero también se dedicaba a otras tareas (maestro, portero, contador, todo) Su colegio, además de recibir alumnos varones, también le abría las puertas a las chicas. Esto le encantaba a Malala, amaba ir al colegio porque allí se sentía libre y pensaba que dentro de esas paredes podía hacer lo que ella quisiera.
Siempre se destacó por ser la primera alumna. Era muy competitiva.
Sin embargo, tuvo que luchar por su derecho a estudiar. .
Un día un hombre las miró entrar al colegio por la misma puerta que los varones. Esto lo indignó muchísimo.
Fue a la casa de Malala y se presentó ante el padre como una autoridad de la ley Islámica y en representación de los musulmanes. Le dijo a Ziauddin que no estaba de acuerdo con la escolarización de las chicas y menos que estas entraran por el mismo acceso que los varones. Ante esto el padre de Malala tuvo que ceder y prometer que iban a ingresar por diferentes puertas.
La familia de Malala vivía en Shangla, de donde eran oriundos sus dos padres.
Le gustaba ir al campo porque allí estaban sus primos con los que jugaba. Las niñas hacían casamientos mientras los hombres iban de pesca.
Al pasar su tiempo allí, Malala se daba cuenta de la inferioridad con la que eran tratadas las mujeres de la aldea: no sabían leer ni escribir, no recibían educación porque iban a ser entregadas al matrimonio pronto y para mantener una familia "no se necesitaba" ir al colegio.
Preguntó a su padre porque pasaba eso y él le contó sobre los talibanes en Afganistán.Fue le primera vez que escuchó hablar de ellos.
Un día, mientras Malala estaba en el colegio, todo comenzó a temblar: un terremoto. Al detenerse por unos momentos, los niños fueron enviados a sus casa. Cuando Malala llega a su hogar, ve a su madre afuera recitando versículos del Corán.
Los temblores continuaron por un mes y medio y dejaron muchas consecuencias, no sólo destruyeron casas y ciudades. Sobretodo, dejaron a las personas vulnerables y con miedo. Esto hizo que ciertas personas se aprovecharan de ese temor y comenzaron a manejar a las masas.
Malala era una niña muy valiente. Defendía con orgullo sus ideales y creía firmemente que las cosas podían cambiarse y mejorarse. Sólo había que poner voluntad.
Muy bien!!
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